Experiencia psicodélica y hermenéutica analógica

Daniel Sánchez Sánchez
daniel.sanchezs@udea.edu.co
Instituto de Filosofía
Universidad de Antioquia

Letheby (2021), en su libro sobre la filosofía de los psicodélicos, afirma que «[l]as experiencias psicodélicas […] pueden estar entre las experiencias más notables y significativas disponibles para los seres humanos» (p. 39, trad. propia). El propósito de este ensayo es analizar la significatividad de la experiencia psicodélica mediante la hermenéutica analógica. Lo que quiero mostrar es cómo el sentido, o la «significatividad», de estas vivencias puede entenderse como analógica y por qué se hace difícil plasmarlo en la sintaxis de una lengua natural, características que exigen una alternativa semiótica mejor que la lengua natural. Es sabido que la hermenéutica se enfoca en la interpretación de los textos, por eso hay que aclarar que aquí no se busca interpretar experiencias particulares en relatos o bien las experiencias mismas, sino hacer una comparación teórica entre lo que es una experiencia psicodélica y lo que es la hermenéutica analógica.

La hermenéutica analógica es una propuesta del filósofo mexicano Mauricio Beuchot. Se trata de una hermenéutica que no se ciñe a los propósitos del univocismo: aquella tendencia a limitar las posibles interpretaciones a una única válida, cual doctrina cientificista; pero tampoco se reduce al equivocismo, en tanto que no valida todas las interpretaciones posibles (Beuchot, 2000, p. 11). La analogía es, pues, el fundamento de esta hermenéutica. Pero ¿qué es la analogía? Es una figura retórica en la que se establece una semejanza entre dos unidades lingüísticas. Un ejemplo de analogía metafórica este: «Su rutilante sonrisa me iluminaba las penumbras». Así, pues, este camino medio entre el univocismo y el equivocismo le da ciertas cualidades a la hermenéutica analógica: «[T]iene la virtud de creación ontológica que posee la metáfora, pero también la capacidad de sujeción a la realidad que caracteriza a la metonimia» (Beuchot, 2000, pp. 116–117). En términos fregeanos, este semblante metafórico se orienta más hacia el sentido que hacia la referencia (sobre la cual se basa la metonimia), por lo que «mueve los afectos, mueve las pasiones, las emociones» (Beuchot, 2020, p. 43). Pero hay que decir que la analogía tiende más a la equivocidad, así como la metáfora, de manera que el presupuesto es la diversidad de significados e interpretaciones (Beuchot, 2000, p. 52). En términos de finitud, la hermenéutica analógica se abre y converge más a la posibilidad de una infinitud de interpretaciones, cual asíntota matemática, sin que esto signifique perder asidero en lo finito y caer en lo equívoco, infinito (Beuchot, 2000, p. 52). En palabras del autor, el esfuerzo de la analogía está en «resistir al vértigo de lanzarse a la turbulenta e incontenible corriente de la equivocidad» (Beuchot, 2000, p. 53). En términos de semejanza y diferencia, la analogía guarda semejanza e intenta aprehenderla, aunque tienda más a la diferencia (Beuchot, 2000, p. 54). Por último, es inevitable aunar la analogía con la iconicidad, dado que esta categoría semiótica en Peirce representa el punto medio entre el índice, signo más cercano a la univocidad, y el símbolo, más cercano a la equivocidad (Beuchot, 2000, p. 185). Aunque bien podría hacerse una distinción entre ícono y símbolo en términos de Peirce, aquí se equivalen, en tanto que la noción de ícono de Peirce concuerda con la noción de símbolo de Cassirer y Ricoeur (Beuchot, 2000, p. 185). Luego, como la experiencia psicodélica une los aspectos simbólico e icónico en la percepción, la hermenéutica debe ser indefectiblemente «analógico-icónica» (cf. Beuchot, 2000, p. 185 y ss.). Continuemos con el estudio de estas experiencias.

En la pregunta por quién determina el sentido de la vivencia psicodélica se ve la pregunta hermenéutica por quién determina el sentido del texto. De allí que la intención del autor (intentio auctoris) y la intención del lector (intentio lectoris) (Beuchot, 2000, p. 56) puedan ser extrapoladas a la experiencia psicodélica como la intención del mundo (intentio mundi) y la intención propia (intentio mei), respectivamente. Esta correspondencia tiene la estructura tetrádica de una metáfora: A:B::C:D (A es a B como C es a D) (Beuchot, 2020, p. 40). Algo que comúnmente se recomienda a modo de preparación para la experiencia psicodélica es prever que las condiciones tanto de la actitud propia como del entorno en el que se va a estar sean propicias; estos factores preparativos se suelen denominar actitud-entorno (de la versión inglesa: set and setting). La preparación de esta díada actitud-entorno puede ser entendida como una disposición de la intentio mundo y la intentio mei, como una preparación para el sentido mismo de la experiencia. La hermenéutica analógica no se decanta por una de estas dos «intentio», sino que encuentra un equilibrio entre ambas en el que tanto el lector como el autor son copartícipes del sentido total (Beuchot, 2000, p. 56). Lo mismo diríamos de la experiencia psicodélica: tanto la intención o actitud propias como el entorno son copartícipes del sentido de la vivencia. Si bien en la hermenéutica analógica el criterio de verdad para las interpretaciones está dado por el autor, este no es plenamente alcanzable (Beuchot, 2000, p. 57); caso similar a la experiencia psicodélica, en la que la verdad última del mundo como criterio de interpretación es inalcanzable.

En cuanto al carácter metafórico de la analogía, Pollan (2018) afirma que las metáforas que refieren al viaje son propicias para describir las experiencias psicodélicas, pues estas se dan como si se tratase de una catarsis experimentada cuando se visita un país desconocido (p. 24). Como en la metáfora, en estas experiencias no se puede reducir el sentido al significado literal de una palabra, ni tampoco podemos atenernos sólo a su semántica (el contexto o entorno entra en juego como factor pragmático): «[H]ay dos obstáculos importantes al describir tales experiencias. El primero es que los efectos de los psicodélicos son mucho más variables que los de otras drogas, al ser fuertemente influenciados por ‘la actitud y el entorno’» (Letheby, 2021, p. 39, trad. propia). Esto conlleva que el lenguaje idóneo para estas experiencias sea siempre de carácter analógico, metafórico, más que literal, porque este último no hace justicia a la experiencia. No obstante, hay casos en los que la experiencia es absolutamente inefable, estos son los que usualmente caen bajo descripciones vagas como «experiencia mística», «disolución del ego» o «fusión con el todo». Desde la hermenéutica analógica, estos momentos cúspide y de inefabilidad estarían en el ámbito de la equivocidad, el punto en el que se pierde todo criterio semántico de sujeción y la totalidad de sentido desborda toda tentativa interpretativa. Allí la analogía se torna insuficiente, no hay semejanza que permanezca, sino una diferencia absoluta; es caer en el abismo de la infinitud, ergo en el olvido de toda finitud. Por esto, la disolución del ego y la fusión con el todo son como la disolución de la intentio lectoris y la fusión con la intentio auctoris, pérdida de todo criterio hermenéutico de verdad.

En conclusión, he señalado que la significatividad en la experiencia psicodélica es evidentemente analógica. En ambos casos, podemos hablar de dos intentio diferentes que están en correspondencia. Este carácter analógico enseña que las descripciones y relatos exigen siempre la analogía como única forma, quizás no del todo satisfactoria, de atrapar el significado en una producción lingüística, por lo que la metáfora es casi obligada en cualquier relato descriptivo. Además, es claro ya que la experiencia psicodélica tiende a la equivocidad tanto como la analogía, y en los momentos que llega a tocarla la abundancia de sentido rebosa toda interpretación y se muestra inefable. A raíz de esto, una mejor opción podría ser acudir al símbolo-ícono como método semiótico alternativo de captura, pues este es «el signo análogo por excelencia» (Beuchot, 2000, p. 186). Como bien dice Beuchot (2000): «[El ícono] es el signo que, en los fragmentos, nos hace ver el todo, que exhibe la totalidad de los pedazos, incluso en uno solo» (Beuchot, 2000, p. 187). Por lo tanto, como la experiencia psicodélica tiende a borrar los límites de nuestra realidad hacia una fusión con el todo, hacia una disolución del yo, entonces una mejor expresión de estas experiencias estaría asegurada por el símbolo. Después de todo, el signo simbólico-icónico «es como un templo, hay que ir a él con cierta disposición; si no no habla, no dice nada» (Beuchot, 2000, p. 191). A la experiencia psicodélica también hay que ir con cierta disposición (actitud-entorno) so pretexto de evitar viajes indeseados. En definitiva, así como la experiencia psicodélica mora entre la cordura y la locura como extremos opuestos, la analogía mora entre los opuestos de univocidad y equivocidad. Es quizás pertinente terminar con una cita de Beuchot (2000), que puede ser leída en clave psicodélica:

El templo, de alguna manera, es la misma persona; el templo es símbolo porque se completa en el interior del hombre, hace juego con su espíritu; el exterior es sólo el contexto que propicia el encuentro; pero el encuentro se da precisamente amasado por la angustia o la alegría, por la tristeza o la exultación, por la desesperación o la esperanza de aquel que entra allí. El símbolo requiere de la intervención del
hombre, sí, pero “impone” sus leyes; no se deja imponer la interpretación, justamente porque su imposición es excluir toda imposición. Si fuera impositivo, con su sola presencia nos daría su significado; su significado se nos impondría a primera vista. Sería ésta abierta o explícitamente universal. Pero no lo es. Lo es por la mediación de la interpretación, cuando se sabe hacer explícito lo que contiene de modo implícito. (p. 191)

Referencias

Beuchot, M. (2000). Tratado de hermenéutica analógica: Hacia un nuevo modelo de interpretación (Segunda edición). Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México: Editorial Itaca.

Beuchot, M. (2020). La semiótica y la hermenéutica frente al discurso, desde un saber analógico. Interpretatio. Revista de Hermenéutica, 5(1), 35–48. https://doi.org/10.19130/iifl.it.2020.5.1.0004

Letheby, C. (2021). Philosophy of psychedelics. Oxford University Press.

Pollan, M. (2018). Cómo cambiar tu mente. Penguin Random House Grupo Editorial España.

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