Santiago Agudelo Berrío
santiago.agudelo12@udea.edu.co
Instituto de Filosofía
Universidad de Antioquia
En uno de sus experimentos, Joshua Knobe (2003) encuestó a 78 personas que estaban en el parque de Manhattan, Estados Unidos. Las dividió en dos grupos al azar y les presentó un mismo caso, pero bajo condiciones diferentes. Al grupo 1 le correspondió la condición de daño, donde el efecto previsto de la acción es negativo; al grupo 2, la condición de ayuda, donde es positivo. En específico, el caso fue el siguiente:
El vicepresidente de una empresa se dirigió al presidente de la junta directiva y le dijo: “Estamos pensando en iniciar un nuevo programa. Nos ayudará a incrementar las ganancias, pero también dañará/ayudará al medio ambiente”.
El presidente de la junta directiva respondió: “No me importa en absoluto dañar/ayudar al medio ambiente. Solo quiero obtener el máximo beneficio posible. Empecemos el nuevo programa”.
Ellos empezaron el nuevo programa. Sin duda, el medio ambiente fue dañado/ayudado. (Knobe, 2003, p. 191, traducción y énfasis propios).
Knobe (2003) preguntó a los sujetos si creían que el presidente había dañado/ayudado intencionalmente al medio ambiente; y si era culpable o merecía elogio por ello. El 82% de los sujetos del grupo 1 respondieron que el daño fue intencional; y el 77% del grupo 2, que la ayuda no lo fue. Asimismo, los juicios sobre la culpa (grupo 1) o el elogio (grupo 2) correspondieron con tales proporciones; es decir, se consideró que el presidente merecía más culpa que elogio (una Media de 4.8 y 1.4, respectivamente).
Los resultados del experimento dan cuenta de una asimetría: en la condición de daño, los sujetos atribuyen intencionalidad a las acciones y sus efectos previstos; mientras que la condición de ayuda, no. Esto llama la atención porque el presidente no está interesado en dañar o ayudar al medio ambiente, por lo que los juicios de los sujetos no deberían diferir tanto. Este tipo de asimetría se denomina “efecto Knobe”, en honor a su investigador principal.
Knobe (2007, 2010) considera que esta asimetría se produce porque la valencia moral es el criterio clave en la atribución de intencionalidad. De modo que los sujetos tienden a calificar como intencionales las acciones y sus efectos previstos moralmente negativos; y como no-intencionales, a los moralmente positivos. Pero ¿cómo es que la valencia moral repercute en los juicios sobre las acciones intencionales y sus efectos previstos? Para Knobe (2007), los sujetos cuentan con creencias morales inconscientes que se manifiestan en aquellos juicios.
De acuerdo con Hindriks (2014), otro experimento de Knobe ofrecería evidencia en contra de la explicación basada en la valencia moral. Knobe (2007) reunió a 42 personas, igualmente en el parque de Manhattan. También las separó al azar en dos grupos, pero está vez las dos condiciones fueron violación (grupo 1) o cumplimiento (grupo 2) con referencia a cierta ley moralmente controvertible. El caso de análisis fue muy semejante al anterior, pero ajustado a un escenario concebible en el contexto de la Alemania Nazi. En este escenario se impone la “ley de identificación racial”, cuyo propósito es identificar a las personas de las razas que deben ser enviadas a los campos de concentración. Mientras la ley está vigente, el presidente de una corporación decide hacer algunos cambios:
El vicepresidente de la corporación dijo: “Al hacer aquellos cambios, definitivamente estarás aumentando nuestras ganancias. Pero también estarás violando/cumpliendo los requerimientos de la ley de identificación racial”.
El presidente dijo: “Mira, sé que voy a violar/cumplir los requerimientos de la ley, pero eso no me importa en lo absoluto. Lo único que me importa es obtener el máximo beneficio posible. ¡Hagamos esos cambios organizacionales!
Tan pronto como el presidente dio la orden, la corporación comenzó a hacer los cambios organizacionales (Knobe, 2007, p. 105, traducción y énfasis propios).
En este segundo caso también se les preguntó a los sujetos si creían que el presidente había violado/cumplido la ley intencionalmente; y si era culpable o merecía elogio por ello. Las proporciones se mantuvieron similares en contraste con el primer caso: el 81% de los sujetos respondieron que el presidente había violado la ley intencionalmente; y la atribución de culpa fue mayor que la de elogio (una Media de 0.3 y -1.8, grupo 1 y 2 respectivamente) (Knobe, 2007).
Los resultados del segundo experimento son contraintuitivos sobre la base del criterio de valencia moral. Si violar la ley de identificación racial se considera moralmente bueno en contraste con su cumplimiento, entonces los sujetos hubieran tenido una mayor tendencia a atribuir intencionalidad a su cumplimiento en contraste con su violación (Hindriks, 2014). Por tanto, la valencia moral no es un criterio adecuado para explicar el efecto Knobe.
Como alternativa a la valencia moral, Hindriks (2008, 2011, 2014) propone una explicación basada en razones normativas. Una razón normativa es una consideración favorable o desfavorable ante una acción; y que el agente no solo debe tener en cuenta en su deliberación, sino también estar motivado a cumplirla con independencia del tema en cuestión (Hindriks, 2008). Desde esta perspectiva, el efecto Knobe se produce porque los sujetos juzgan la actitud del agente frente a aquello que debería tomar en consideración antes de actuar. De ahí que en el segundo caso los sujetos atribuyan intencionalidad a la acción de producir los cambios organizaciones con independencia de la valencia moral negativa de la ley de identificación racial. En últimas, no importa el tema en cuestión, sino la indiferencia del agente a la razón normativa inmersa en un contexto.
De acuerdo con Hindriks (2008), el agente es merecedor de elogio si toma en cuenta la razón normativa y está motivado a cumplir con ella. En cambio, el agente no es merecedor de elogio si cumple con la razón normativa y, sin embargo, no estaba motivado a hacerlo. Esto explica porque no se elogia al presidente por ayudar al medio ambiente en la condición de ayuda del primer caso. Asimismo, el agente es merecedor de culpa si no está motivado a cumplir con la razón normativa. Visto así, el presidente es merecedor de culpa al proseguir con la estrategia de maximización de beneficios en la condición de daño del primer caso, puesto que debió tomar en consideración el significado negativo de su acción antes de llevarla a cabo, es decir, el daño al medio ambiente.
Además de superar el asunto contraintuitivo derivado del segundo caso, ¿qué otra ventaja tiene la explicación normativa por sobre aquella basada en la valencia moral? Preservar la actitud mental del agente como componente teórico central. Hindriks (2011, 2014) postula la hipótesis del marco mental (mind-frame hypotesis), según la cual el agente actúa en función de sus estados y actitudes mentales. En otras palabras, las intenciones, motivaciones y creencias (entre otras) determinan el curso de una acción. Tanto en el primer caso como en el segundo, el presidente es consciente del significado negativo que tendría su acción, y que debería tomarlo en consideración. Pero actúa de todos modos porque su actitud mental es de indiferencia frente a la razón normativa. Por ello, los sujetos juzgan que el presidente provocó intencionalmente el efecto previsto de su acción en la condición de daño y violación de ambos casos, respectivamente.
La explicación normativa aporta elementos conceptuales y teóricos que dan cuenta de la acción intencional y de la asimetría del efecto Knobe. Mientras que la explicación basada en la valencia moral es susceptible de contrariedades, como aquella derivada del segundo caso; y deja de lado la conexión entre las acciones y ciertas actitudes mentales. Pero esto es así porque Knobe se limita al nivel del sentido común. Knobe (2003, 2007, 2010) no pretende explicar cómo las acciones y sus efectos son intencionales, sino cómo los sujetos atribuyen tal intencionalidad. Hindriks (2008, 2011, 2014), en cambio, abarca ambos asuntos. De todos modos, el efecto Knobe ha enriquecido la discusión en torno a la conexión entre ciertas condiciones para establecer la intencionalidad de una acción y los juicios que los observadores hacen al respecto.
Referencias
Hindriks, F. (2008). INTENTIONAL ACTION AND THE PRAISE-BLAME ASYMMETRY. The Philosophical Quarterly, 58(233), 630-641. https://doi.org/10.1111/j.1467-9213.2007.551.x
Hindriks, F. (2011). Control, intentional action, and moral responsibility. Philosophical Psychology, 24(6), 787-801. https://doi.org/10.1080/09515089.2011.562647
Hindriks, F. (2014). Normativity in Action: How to Explain the Knobe Effect and its Relatives. Mind & Language, 29(1), 51-72. https://doi.org/10.1111/mila.12041
Knobe, J. (2003). Intentional action and side effects in ordinary language. Analysis, 63(3), 190-194. https://doi.org/10.1093/analys/63.3.190
Knobe, J. (2007). Reason Explanation in Folk Psychology. Midwest Studies In Philosophy, 31(1), 90-106. https://doi.org/10.1111/j.1475-4975.2007.00146.x
Knobe, J. (2010). Person as scientist, person as moralist. Behavioral and Brain Sciences, 33(4), 315-329. Cambridge Core. https://doi.org/10.1017/S0140525X10000907