Reseña Dokic (2012): Seeds of self-knowledge

Santiago Agudelo Berrío
santiago.agudelo12@udea.edu.co
Instituto de Filosofía
Universidad de Antioquia

Los sentimientos noéticos son experiencias afectivas que nos informan sobre nuestros estados epistémicos (Dokic, 2012). Algunos ejemplos son el sentimiento de saber, el déjà vu y tener algo en la punta de la lengua. En su artículo “Seeds of self-knowledge: Noetic feelings and metacognition” (2012), Jérôme Dokic propone una explicación no-metarrepresentacional de los sentimientos noéticos y su relación con el autoconocimiento. Para esto, toma el sentimiento de saber y lo analiza desde cuatro perspectivas: la rutina de ascenso, el modelo simple, el modelo de acceso directo y el modelo del “adivino del agua”.

La rutina de ascenso fue propuesta por Gareth Evans (1982) y actualmente es defendida por Alex Byrne (2018). Esta consiste en contestar preguntas metacognitivas apelando al nivel semántico, por lo que el agente debe recordar la información adecuada a los hechos. Por ejemplo, ante la pregunta ¿sabes cuál es la capital de Perú?, debemos responder que es Lima. Aunque proceder así demuestra que conocemos la información solicitada, esto no dice nada sobre nuestro autoconocimiento; es decir, si sabemos que sabemos cuál es la capital de Perú. Más aún, según Dokic (2012), no es necesario tener una ciudad en mente para saber si sabemos la respuesta a aquella pregunta; basta con el sentimiento de competencia, esto es, si nos sentimos capaces de proveer la información solicitada.   

El siguiente es el modelo simple. Su simplicidad estriba en que no postula nuevos estados mentales, pues comprende a los sentimientos noéticos como creencias concernientes a estados de memoria de segundo orden (Dokic, 2012). Visto así, tales sentimientos serían creencias de segundo orden sobre estados epistémicos de primer orden; y ambos ordenes podrían coincidir o diferir entre sí. Esto explicaría por qué se presenta el sentimiento de saber algo, incluso si realmente no lo sabemos.

 Dokic (2012) plantea que el principal problema del modelo simple es restringir los sentimientos noéticos a las criaturas con capacidades metarrepresentacionales; es decir, aquellas que operan con conceptos psicológicos, tales como memoria y conocimiento, y pueden interpretar los estados mentales de otros agentes. Esta limitación deja por fuera a ciertos animales, como los macacos Rhesus. Para conocimiento del lector, una muestra de las capacidades metacognitivas de dichos primates es que recuerdan con éxito algunos objetos y patrones, como el último lugar en donde encontraron alimento (véase Basile et al., 2009, 2015; Hampton, 2001; Hampton & Murray, 2002 para una revisión más amplia).

Por su parte, el modelo de acceso directo (Dunlosky & Metcalfe, 2009; Hart, 1965; Nelson, 1990). Postula que los sentimientos noéticos son experiencias introspectivas que versan sobre estados mentales de primer orden. Desde esta perspectiva, sentir que sabemos cuál es la capital de Perú implica ser conscientes de “un contenido de la forma: la capital de Perú se llama ____” (Dokic, 2012, p. 306; traducción propia). Así, el acceso a la memoria es directo, pero el contenido del recuerdo es parcialmente opaco. Tal opacidad se explicaría por las ocasiones en las cuales sentimos que sabemos algo y, sin embargo, realmente no lo sabemos, o no podemos encontrarlo inmediatamente en nuestra memoria.

Dokic (2012) objeta que el modelo de acceso directo requiere de una teoría de la introspección que no solo explique las relaciones causales entre los sentimientos noéticos y los estados mentales, sino también por qué ser conscientes de un estado mental no necesariamente implica ser conscientes de su respectivo contenido, dado que ambas cosas parecen inseparables.

El último es el modelo del adivino del agua (en analogía con una figura introducida por Wittgenstein), el cual sostiene que los sentimientos noéticos son experiencias corporales asociadas con estados epistémicos de primer orden. Según Dokic (2012), del mismo modo que el adivino es capaz de sentir en qué lugar hay agua utilizando una vara entre sus manos (i. e. radiestesia), nos enteramos sobre nuestros estados mentales por medio de los sentimientos noéticos. Por ejemplo, el sentimiento de saber el nombre de una persona no ocurriría si no tuviéramos este conocimiento, o al menos la mera apariencia de tenerlo.

Dokic (2012) está de acuerdo con este modelo, pero reconoce que no abarca la dimensión motivacional de los sentimientos noéticos, es decir, no explica cómo tales sentimientos preceden y acompañan ciertas acciones. Por ejemplo, resulta difícil concebir el sentimiento de tener algo en la punta de la lengua sin la disposición a tratar de recordar la información asociada, como el nombre de una persona. 

Para compensar esta deficiencia, Dokic (2012) propone distinguir entre dos tipos de metacognición: procesual y deliberada. La primera es la capacidad de monitorear y controlar nuestros procesos mentales; y la segunda, de explotar los sentimientos noéticos para la formación de juicios en el razonamiento práctico. De modo que la metacognición procesual antecede a la deliberada. Por ejemplo, el sentimiento de tener un nombre en la punta de la lengua da paso a la acción de tratar de recordarlo, y no al revés.

A modo de conclusión, considero que Dokic va en el camino correcto al optar por un modelo no-metarrepresentacional de los sentimientos noéticos. Un modelo así puede incluir a los animales no-humanos como objetos de su explicación. Y también es adecuado para una lectura desde la economía cognitiva, al menos en lo que respecta a la agencia. Nuestras acciones no siempre se planean lenta y rigurosamente, también necesitamos ser rápidos y prácticos (cf. Kahneman, 2011). Los sentimientos noéticos nos ayudan a ahorrar recursos cognitivos en la medida en que nos proveen información inmediata sobre nuestros estados epistémicos (Proust, 2013).

Por ejemplo, cuando sentimos que tenemos algo en la punta de la lengua, no necesitamos descifrar el sentimiento como tal, sino cuál es el contenido epistémico que este indica que tenemos, es decir, la palabra que queremos recordar. El saber que conocemos la palabra nos motiva a tratar de recordarla (Arango-Muñoz & Bermúdez, 2018). De lo contrario, no llevaríamos a cabo tal esfuerzo. Así, los sentimientos noéticos nos permiten determinar rápidamente cuáles acciones llevar a cabo, y cuáles no, sobre la base de nuestros estados epistémicos. Pero si tales sentimientos fueran de carácter metarrepresentacional, creo que se sumaría el paso adicional de descifrar su contenido antes de definir si tomar acción o no, lo cual significaría una carga extra en cuanto al gasto de recursos cognitivos, no un ahorro.

Referencias

Arango-Muñoz, S., & Bermúdez, J. P. (2018). Remembering as a mental action. In New directions in the philosophy of memory (pp. 75-96). 10.4324/9781315159591

Basile, B. M., Hampton, R. R., Suomi, S. J., & Murray, E. A. (2009). An assessment of memory awareness in tufted capuchin monkeys (Cebus apella). Animal Cognition12(1), 169-180. https://doi.org/10.1007/s10071-008-0180-1

Basile, B. M., Schroeder, G. R., Brown, E. K., Templer, V. L., & Hampton, R. R. (2015). Evaluation of seven hypotheses for metamemory performance in rhesus monkeys. Journal of Experimental Psychology: General144, 85-102. https://doi.org/10.1037/xge0000031

Byrne, A. (2018). Transparency and Self-Knowledge. Oxford University Press. https://doi.org/10.1093/oso/9780198821618.001.0001

Dokic, J. (2012). Seeds of self-knowledge: Noetic feelings and metacognition. En M. Beran, J. Brandl, J. Perner, & J. Proust (Eds.), The Foundations of Metacognition. Oxford University Press. https://doi.org/10.1093/acprof:oso/9780199646739.003.0020

Dunlosky, J., & Metcalfe, J. (2009). Metacognition. Sage Publications, Inc.

Evans, G.( 1982 ). The Varieties of Reference. Oxford Clarendon Press.

Hampton, R. R. (2001). Rhesus monkeys know when they remember. Proceedings of the National Academy of Sciences98(9), 5359-5362. https://doi.org/10.1073/pnas.071600998

Hampton, R. R., & Murray, E. A. (2002). Learning of discriminations is impaired, but generalization to altered views is intact, in monkeys (Macaca mulatta) with perirhinal cortex removal. Behavioral Neuroscience116, 363-377. https://doi.org/10.1037/0735-7044.116.3.363

Hart, J. T. (1965). Memory and the feeling-of-knowing experience. Journal of Educational Psychology56, 208-216. https://doi.org/10.1037/h0022263

Kahneman. (2011). Thinking, fast and slow. Farrar Straus and Giroux.

Nelson, T. O. (1990). Metamemory: A Theoretical Framework and New Findings. In G. H. Bower (Ed.), Psychology of Learning and Motivation (Vol. 26, pp. 125-173). Academic Press. https://doi.org/10.1016/S0079-7421(08)60053-5

Proust, J. (2013). The philosophy of metacognition mental agency and self-awareness. Oxford University Press. https://doi.org/10.1093/acprof:oso/9780199602162.001.0001

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