Diego Alejandro Aguirre
diego.aguirre4@udea.edu.co
Instituto de Filosofía
Universidad de Antioquia
En el libro Varieties of Self-knowledge (2016) Annalisa Coliva expone algunos tipos de estados mentales con la finalidad de bosquejar cuáles son, según su teoría, los objetos del autoconocimiento. Los estados mentales que expone se pueden categorizar de la siguiente manera: 1. no representacionales (sensaciones); 2. representacionales, pero no conceptuales (percepciones); 3. representacionales y conceptuales (actitudes proposicionales: como disposiciones o compromisos); 4. y otros tipos (emociones). A continuación, se amplía lo mencionado:
Para empezar, las sensaciones no representan aspectos externos de la realidad. Son estados subjetivos propios de cada individuo, por lo tanto, carecen de condiciones de verdad. Algunos ejemplos son el dolor, las cosquillas, el frío, etc. Las percepciones, a diferencia de las sensaciones, sí son representacionales. Esto quiere decir que sí figuran aspectos externos de la realidad en el individuo y, por ende, tienen condiciones de satisfacción. Ver un libro sobre el escritorio o escuchar a un niño llorando son ejemplos de percepciones.
Otros tipos de estados mentales son las actitudes proposicionales. El nombre «actitud proposicional» procede del hecho de que la persona adopta una determinada postura ante el significado de un enunciado. Por ejemplo: «yo creo que va a haber una tercera guerra mundial», «yo deseo comprar un apartamento», «yo quiero un helado», etc. En los ejemplos, los verbos «creo», «deseo», «quiero», representan la actitud que tengo hacia una determinada proposición. Ahora bien, podemos hacer inferencias de actitudes proposicionales y estas ser sensibles no solo a los contenidos de los propios pensamientos, sino al compromiso que uno tiene hacia ellos. Por ejemplo: creo que va a llover, deseo salir de casa y, además, no me deseo mojar. En primer lugar, si soy sensible a los pensamientos que acabamos de mencionar, lo más probable es que piense en llevar un paraguas conmigo cuando vaya a salir de casa. En segundo lugar, si estoy comprometido con la actitud proposicional: «no me deseo mojar», lo más probable es que busque un paraguas para llevarlo conmigo cuando salga de casa. Por otra parte, también recurrimos a las actitudes para explicar y predecir las conductas de otros sujetos. Si vemos a alguien salir de casa en un día nublado con un paraguas, seguramente pensaremos que lo hace porque no desea mojarse o porque desea que alguien no se moje.
Coliva menciona dos tipos de actitudes proposicionales. En primer lugar, las actitudes proposicionales como disposiciones, también llamadas estados mentales no susceptibles a juicio. Algunos rasgos que las caracterizan: 1. no son el resultado de una deliberación consciente, como un juicio; 2. no están bajo el control directo de uno, son más bien algo ante lo cual uno se encuentra predispuesto; 3. y no son actitudes de las que uno sea racionalmente responsable (Coliva, 2016). Algunos ejemplos de este tipo de estados son: los instintos, los traumas, los sesgos, los rasgos de carácter, las suposiciones, los deseos brutos, etc.
En segundo lugar, tenemos las actitudes proposicionales como compromisos, también llamadas estados mentales susceptibles a juicio. Algunos rasgos que las caracterizan: 1. son el resultado de una acción mental (la acción mental de juzgar que p es el caso, sobre la base de considerar y, por lo tanto, de evaluar, evidencia para p); 2. están determinados normativamente, es decir, deben responder a los principios que rigen el razonamiento teórico (lógico) y práctico (evidencia empírica); 3. están determinados por el propio punto de vista del sujeto; 4. y son estados mentales de los que el sujeto es racionalmente responsable, es decir, el sujeto debe estar dispuesto a brindar la evidencia para sostener el juicio, si se le solicita, y debe eliminar su creencia si se demuestra que la evidencia original es mala o insuficiente. Si no lo hace debe atenerse a la crítica y a la autocrítica (Coliva, 2016). Ejemplos de estos estados mentales: creencias científicas, deseos racionales, intenciones realizables, etc.
Para concluir, el último tipo de estados mentales que aborda Coliva son las emociones. Según la autora, muchos filósofos han tratado de reducir las emociones a otros tipos de estados mentales, como sensaciones, percepciones, actitudes, juicios, etc., pero estos intentos parecen deficientes debido a que siempre hay una objeción que los contradice o los hace insuficientes. Coliva aboga por una concepción a la que denomina la «Perspectiva Boderline de las Emociones». Según esta perspectiva, diferentes emociones pueden compartir diferentes características de otros tipos de estados mentales (Coliva, 2016). Así, las emociones a menudo implican sentimientos y sensaciones; pueden evaluarse derivativamente a lo largo de una dimensión racional si hay juicios implicados; en algunos casos, dan lugar a actitudes corporales distintivas; y, en muchos casos, como las emociones que implican percepciones, tienen objetos intencionales y contenido representacional.
Considero relevante que Coliva se dé a la tarea de bosquejar inicialmente cuáles serán los objetos de estudio de los tipos de autoconocimiento que posteriormente aborda, pues permite entender mejor la naturaleza del problema del propio conocimiento de los estados mentales. Ella menciona: «tal variedad de objetos de conocimiento sugiere también que la manera en la cual cada uno de ellos puede ser conocido puede ser de forma diferente» (Coliva, 2016, trad. propia). En especial, es relevante el abordaje no reduccionista que hace de las emociones, porque aclara, en parte, que la complejidad de su teorización radica en su amplia variedad. Le sugiero al lector remitirse al libro Varieties of Self-knowledge (2016) y profundizar en el tema si así lo desea. En otra entrada, presentaremos los tipos de autoconocimiento propuestos por Coliva.
Referencias
Coliva, A. (2016). Varieties of Mental States. En V. Hendricks (Ed.), The Varieties of Self-Knowledge (pp. 19-49). Palgrave Macmillan UK. https://doi.org/10.1057/978-1-137-32613-3_2