Lo que aún no sabemos sobre Sophia

Pablo Andrés de Francisco León
pablo.defrancisco@udea.edu.co
Departamento de Psicología
Universidad de Antioquia

Sophia es una robot humanoide con rasgos faciales detallados, funciones de comunicación lingüística fluida, capacidad de aprendizaje mediante la experiencia social y una fascinante habilidad para responder con gestos emocionales de acuerdo al contexto (Retto, 2017). Aunque el proyecto de crear un robot tan sofisticado ha sido objeto de fuertes críticas, algunos afirman que no se trata de un simple juguete. El objetivo que se han trazado sus creadores es desarrollar un sistema computacional consciente tan potente como la mente humana (Fitzsimmons, 2017; Vincent, 2017; Charlton, 2018). ¿Podrá Sophia ayudarnos a esclarecer algunos misterios sobre consciencia, una vez se le hagan los upgrades considerados como necesarios para replicar en ella la cognición humana?

Algunos filósofos interesados en el problema de la conciencia se han ocupado de dar posibles respuestas a esta clase de preguntas.

Para Searle (1980), lo que este tipo de máquinas realizan son meras operaciones formales despojadas de contenido semántico. Por medio de computaciones sintácticas, un robot puede responder a un estímulo, pero sus respuestas estarían vacías de significado y de intención. Lo que tendríamos ante nosotros sería un objeto programado para simular propiedades mentales, pero sin ninguna capacidad de tener experiencias conscientes reales. Además, Searle argumenta que nuestra conciencia está estrechamente relacionada con las especificidades de nuestra composición biológica. Un cerebro de silicio no cumpliría con los requisitos materiales para reproducir conciencia. Según esta teoría, Sophia se limitaría a ser una máquina dotada con mecanismos que le permitirían simular algunos de nuestros procesos mentales. Su comportamiento nos genera la ilusión de que es un objeto con mente, pero esto no sería más que una proyección de nuestra propia intencionalidad (Rivière, 1998).

Por su parte, Dennett (2001) afirma que la conciencia es el resultado de un conjunto de procesos computacionales compitiendo entre sí, amplificados por reverberación en bucle, y con posibilidad de acceso mutuo. Además, considera que la conciencia no depende estrictamente del material o del sustrato donde se realicen los programas computacionales, sino de la organización de las redes y de la función que cumple cada elemento o sistema participante en su producción. Por eso, si lográsemos descifrar los roles funcionales que desempeñan los componentes cerebrales participantes, tendríamos posibilidad de reproducirla. Así, para Dennett, aunque Sophia no cuente aún con los mecanismos necesarios para ser consciente, en la medida que vayamos descubriendo los componentes básicos de la conciencia y su funcionamiento, podremos reproducirlos sintéticamente. En un futuro, no tendremos problemas para dotar a Sophia de conciencia.

El filósofo David Chalmers (1999) no estaría en completo desacuerdo con la propuesta anterior. Este autor defiende que cualquier sistema organizado funcionalmente de manera adecuada será consciente, sin importar la sustancia de la que esté compuesto. No obstante, Chalmers ha manifestado que los procesos mentales que llevamos a cabo pueden ocurrir sin necesidad de experiencias conscientes. Reducir nuestras investigaciones a lo funcional deja por fuera lo que ha llamado el problema difícil: ¿por qué nuestros procesos mentales suelen venir acompañados de experiencia? Según este filósofo, necesitamos encontrar una teoría que dé cuenta tanto de los aspectos físicos como de los fenoménicos de la consciencia. Chalmers sugiere que una teoría así podría fundarse a partir del concepto de información, haciendo uso del principio de doble aspecto: la información no se limita a estados físicos, sino que incluye elementos fenoménicos. Según este pricipio,  la información tiene aspectos tanto físicos como fenoménicos. Así, cualquier sistema que procese información por medio de interacciones causales tendrá algún tipo de experiencia, aunque no cuente con una estructura compleja que le permita procesar dicha información en estados mentales. En pocas palabras, la conciencia sería una propiedad fundamental difundida por todo el universo.

Con base en la propuesta de Chalmers, podríamos afirmar que Sophia tiene ya tiene experiencias fenoménicas, aunque no cuente con un sistema complejo de procesamiento; Sophia sería consciente, al menos de un modo rudimentario.

Las teorías con las que contamos actualmente, en lo que respecta a la posibilidad de conciencia en sistemas artificiales, son variadas y prometedoras. Poco a poco hemos ido desarrollando herramientas que han permitido poner a prueba algunos de sus postulados, pero quedan todavía muchas dificultades por superar. Aún no se tiene claro cuáles son las posibilidades reales que tenemos de dotar a Sophia de conciencia.

Referencias

Chalmers, D. (1999). La mente consciente. En busca de una teoría fundamental. Barcelona: Gedisa

Charlton, A. (2018, enero 19). Sophia the robot is a scam and a ‘bulls**t puppet’, says Facebook’s director of AI. Recuperado de https://www.gearbrain.com/sopha-the-robot-artificial-intelligence-2526789206.html

Dennett, D. (2001). Are we explaining consciousness yet? Cognition, 79, 221-237. Recuperado de http://web.ics.purdue.edu/~drkelly/DennettAreWeExplainingConsciousness2000.pdf

Fitzsimmons, C. (2017, octubre 31). Why Sophia the robot is not what it seems. Recuperado de https://www.smh.com.au/opinion/why-sophia-the-robot-is-not-what-it-seems-20171031-gzbi3p.html

Retto, J. (2017). Sophia, first citizen robot of the world. Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Recuperado de https://www.researchgate.net/publication/321319964_SOPHIA_FIRST_CITIZEN_ROBOT_OF_THE_WORLD

Rivière, A. (1998). Objetos con mente. 2 ed. Madrid: Alianza

Searle, J. (1980). Minds, brains and programs. The behavioral and brain sciences, 3, 417-457

Vincent, J. (2017, noviembre 10). Sophia the robot’s co-creator says the bot may not be true AI, but it is a work of art. Recuperado de: https://www.theverge.com/2017/11/10/16617092/sophia-the-robot-citizen-ai-hanson-robotics-ben-goertzel

Últimas noticias

La caracterización instrumental de materiales: coloquio 2025-1

Violencia y animales: Yonatan Durán becado para doctorado

La mente extendida y el transhumanismo: nuevo artículo del profesor Ángel Rivera-Novoa

Suscríbe
NEWSLETTER