Un poco de historia: la cognición

Óscar S. Sánchez Muñoz
ostiven.sanchez@udea.edu.co
craso27@gmail.com
Instituto de Filosofía
Universidad de Antioquia

Las teorías cognitivas actuales tienen sus raíces principalmente en dos eventos del siglo XX. Por un lado, la crisis de las posiciones conductistas radicales en psicología y, por otro lado, el auge de la computación y de la inteligencia artificial. El conductismo radical de B. F. Skinner seguía la línea de John Watson de rechazar las causas internas de la conducta. Pero luego de la segunda guerra mundial, una clase de “causa interna” empezó a recibir una atención creciente por parte de los investigadores: los procesos cognitivos.

Estos se trataron bajo diversos enfoques con base en trabajos anteriores como los del conductista Clark Hull, quien no siguió la línea de Watson y trató de llevar el esquema estímulo-respuesta al interior del organismo. Aunque el enfoque más influyente resultaría ser el computacional. La creación de los ordenadores a mitad del siglo XX trajo consigo el famoso paralelismo entre el hombre y ordenador:

“Era sencillo conceptualizar a las personas como mecanismos de procesamiento de información que recibían entradas desde el entorno (percepción), procesaban esa información [pensamiento o cognición] y actuaban de acuerdo con las decisiones adoptadas (comportamiento)” (Leahey, 1998, p. 500).

De esta manera, el término cognición adquirió un papel mediacional entre estímulos y respuestas, lo que algunos han llamado el clásico modelo de Sandwich: “the claim that cognition… is like meat in a sandwich embreaded by perception and action” (Wilson & Foglia, 2017). Según este modelo la información sensible que es captada por los mecanismos perceptivos se transduce a información conceptual, la cual es procesada por mecanismos cognitivos a un nivel de computación neural, los cuales mandan luego información a los sistemas motores para propiciar la conducta. Esta ha sido, a grandes rasgos, la manera clásica de entender la cognición en la ciencia cognitiva.

Sin embargo la definición clásica se ha puesto en duda, principalmente a partir de los 90s. Por ejemplo, por los teóricos de la cognición corporizada (embodied cognition), quienes sostienen que la cognición también se realiza en los mecanismos de percepción y de ejecución de la acción; por los teóricos de la cognición extendida, quienes sostienen que es arbitrario circunscribir la cognición a los procesos que pasan en el cerebro e incluso en el cuerpo, cuando hay elementos externos que juegan un papel ineliminable; por los teóricos de la cognición en plantas quienes sostienen que es necesario ampliar el concepto para incluir posibles casos de cognición en organismos sin sistema nervioso; e incluso por posturas pansiquistas que sostienen que hay cognición más allá de los sistemas vivos.

Lo anterior ha dado surgimiento a lo que Fred Adams (2017) a llamado cognition wars, se trata de un debate sobre cómo demarcar cuál es límite que separa lo cognitivo de lo no-cognitivo. Algunos, como Adams, han abogado por una definición restringida de cognición de acuerdo a la visión clásica. Otros buscan que la definición sea reconsiderada y ampliada, pues sostienen que hay dificultades en la definición clásica y que ésta deja por fuera fenómenos que deben ser considerados cognitivos. Al final, ¿Cuál bando terminará hincando la bandera de la conquista?

Bibliografía

Adams, F. (2018). Cognition wars. Studies in History and Philosophy of Science, 68, 20-30. https://doi.org/10.1016/j.shpsa.2017.11.007

Leahey, T. H. (1998). Historia de la psicología. Principales corrientes en el pensamiento psicológico (4.ª ed.). Madrid: Printice Hall.

Wilson, R. A., & Foglia, L. (2001, 2017). Embodied Cognition. En E. N. Zalta (Ed.), The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Spring 2017). Recuperado a partir de https://plato.stanford.edu/archives/spr2017/entries/embodied-cognition/

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