¡Ay! Siento que pienso: brevísima introducción a la fenomenología cognitiva

Nuestra experiencia del mundo es rica y variada. Generalmente la mayoría de nosotros podemos ver, oír, sentir cosas del mundo. Cuando vemos una manzana roja y la tomamos para morderla, tenemos una serie de experiencias perceptuales (gusto, olfato, tacto, etc.). Además de estas experiencias perceptuales, nosotros sentimos -algunas veces- que nos pica la barba después de afeitarnos, sentimos nuestro dedo gordo del pie o cierto tipo de alegría porque Nairo Quintana ganó la vuelta a España. Podríamos decir que a grandes rasgos todas estas experiencias conforman nuestra experiencia fenomenológica del mundo, es decir, nuestra forma particular de ver y sentir las cosas o, como lo llamaría Thomas Nagel, tenemos un what-it’s likeness particular (Nagel, 1974).